El necio y el hada..!
El necio decidió de pronto cercenar las alas del ave,
borrar las huellas para que desaparezca el camino y nadie pase,
mezquinó su comida para ahorrar y no morir de hambre,
encerró a su doncella para que no se le escape.
El necio se propuso proteger su preciado tesoro,
ocultó sus mejores vestidos, pintó los espejos de negro,
ocultó sus maquillajes, los jabones perfumados,
las cosas brillantes y de colores, los adornos llamativos.
Protegerla de ese modo de los pecados carnales,
rompió cuanto objeto bello se le cruzara,
impidió que sonriera, que cante ni que hable,
no la dejó cocinar ricas comidas,
para que su aroma no tiente a nadie.
El necio cerró cuanta puerta esté a su alcance,
destrozó flores, pintó árboles y arbustos de feos colores,
tapó cada hueco para que no viera el cielo,
la cegó de la luz de las estrellas.
El necio quemó libros, rompió lápices,
impidió que escriba poesías, odas y sonetos,
que pintara dibujos o bosquejos,
El necio aisló a su doncella, la volcó a un exilio en su propio sitio,
la tapó con un rústico harapo, le prohibió peinarse, utilizar calzados,
le puso cascabeles para delatar sus pasos,
y una túnica graciosa para distinguirla a lo lejos.
Para comer, y beber el necio la obliga una vez a la semana,
a buscar agua de los arroyos, frutos silvestres y zetas del bosque,
pero solo de noche o días de tormenta,
miraba al horizonte para que no se pierda.
El necio tenía asegurada a su doncella,
según el necio, libre de sospecha, libre del mal que la rodea,
protegida su posesión tenía el necio, asegurado su tesoro,
había creado la doncella perfecta.
El necio no le daba cariño, según él para que no pecara,
no le daba afecto para que no se tentara,
no le daba amor para que no se manchara de los idilios mundanos,
el necio era necio, creyó haber creado la doncella perfecta.
Pero el necio, solo creo a la doncella mutada,
cuentan que cuando una inocente la privas de los sabores
y placeres del mundo, no deja de ser una doncella.
La doncella no desaparece de la faz de la tierra,
la doncella muta en ser encantado,
la doncella se transforma en un hada,
hada maravillosa que danza por el bosque.
hada muy distante del necio, que bebe de los arroyos
y en ellos se baña, hada que come frutos del bosque,
zetas de alimento, majestuoso ser, casi desnuda, descalzas,
con cascabeles en los pies, hada desnuda de gráciles luces en las alas.
Hada que por un efímero momento, siente libertad,
libertad que no conoce, pero anhela sin saberlo,
anhelo de todo ser, tan lejos y tan cerca.
Hada solitaria que descubre que no está sola,
hada que descubre que el opuesto, no es solo su cancerbero,
hada que descubre, un cuerpo armonioso nadando en el arroyo,
mujer y hada que descubre el rubor de su cara.
Mujer que simplemente nada junto al ser extraño que la acompaña,
sus miradas se aparean, sus bocas se arriman, cuando sus brazos se entrelazan,
sus cuerpos se fusionan, tendidos sobre las piedras.
El extraño y la hada hablan en silencio,
no dicen nada porque todo está dicho y todo lo saben,
testigos los habitantes del bosque, ha nacido un hada,
el bosque se convulsiona, los moradores aclaman,
ha nacido el encanto de la magia, ha nacido el amor,
abrazados , tan junto los dos, parecen uno a la distancia.
El bosque los devora, se esfuman, extraño y hada,
los dos totalmente anónimos, pero conocidos por todos,
extraño y mujer, amante y hada,
mientras tanto el necio espera en vano a su doncella,
sin saber que perdió un hada.
Narrativa del libro inédito “El necio y el hada” de Bläue Von der Becke
Derecho de autor : LEY 11.723 (235).- Propiedad intelectual
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